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¡Arqueología Femenina Auto-Colaborativa! Un zine contra la violencia de género en arqueología.


Desde territorio brasilero nos llega este zine, un gran trabajo en pos de visibilizar la violencia de género en el ámbito laboral arqueológico, un campo cerrado, y en el cual rara vez se discuten estos temas. Si bien esta herramienta y sus recomendaciones están concebidas en el marco de un contexto estatal específico, esperamos que esta traducción al castellano sirva para ampliar su público lector, e incentivar a las arqueólogas de distintas latitudes a apropiárselo, reformularlo, adaptarlo y discutirlo en sus espacios locales. Pero, por sobre todo, para empezar a desnaturalizar la idea de que "todo lo que pasa en el campo, se queda en el campo".



¿El feminismo es machismo al revés?


Si hay algo que aprendimos bien en la academia, es que la fuente de la mayoría de los preconceptos es la falta de información y lectura sobre un tema dado. Frases como estas son una demostración de qué poco se conoce acerca de la historia de las reivindicaciones de los movimientos feministas y sus formas de actuar. La organización de la lucha de las mujeres y/o LGTBs es fruto de una acumulación secular en la búsqueda por mayor igualdad entre los géneros, resarcimientos socio-económicos, y por el fin de la violencia física y psicológica que sufrimos en los más diversos espacios… y no una forma de invertir la correlación de fuerzas y asumir el papel de opresor que hoy asumen los hombres. Luchamos para que esas formas de privilegio dejen de existir.

La construcción del cuerpo femenino también es un fenómeno cultural, y se manifiesta materialmente de diversas formas: sea a través de las marcas de la violencia – que se fijan en la memoria – sea en la imposición de restricciones y límites a los gestos y relaciones sociales, las divisiones del trabajo, la división de objetos – exclusivos o excluyentes, etc. ¡Nosotras también somos productoras, y no sólo investigadoras, de la cultura material! Las relaciones sociales que establecemos dentro y fuera de los institutos de investigación y de las universidades son un reflejo de esa construcción.





¡¿”Lo que ocurre en el campo, queda en el campo”?!


Si para vos las agresiones se quedan en el campo, ¡para nosotras se prolongan a toda la vida! Así como las opresiones físicas son más fácilmente reconocidas, frecuentemente otras formas son invisibilizadas o naturalizadas y pasan por bromas, mérito personal, cosas “sin querer” o incluso “caballerosidad”. No es gracioso comentar sobre el cuerpo de las colegas de campo o sobre sus orientaciones sexuales, mucho menos invadir su privacidad. Nosotras no tenemos que ser resistentes “como hombres” para merecernos reconocimiento, y tenemos, cada una a su manera, las mismas capacidades que cualquier otra persona de ser buenas profesionales. No es “educado” sacarle una herramienta de la mano a una colega para “ahorrarle” el esfuerzo o acelerar el trabajo.

Mucha veces tenemos que ir “No te metas, no es tu problema”, o “No podemos hacer nada, tenemos que terminar este trabajo”, cuando nos posicionamos frente a situaciones de desprecio. Estas frases también son vectores y prolongaciones del machismo. Cuando una mujer es agredida, nos duele a todas, nos falta el respeto a todas, nos moviliza a todas. La idea de que las mujeres son competitivas por naturaleza es una falacia y sólo colabora al mantenimiento del status quo masculino.



Pero… ¿Qué hago para evitar opresores de género en la Arqueología?


Nuestra profesión tiene una serie de peculiaridades, especialmente en el trabajo de campo, pero, así como en cualquier otro lugar del mundo, no necesitamos aclarar que la responsabilidad de las agresiones NO es de las mujeres, ¿correcto? Entonces, hombres, ¡Aquí van algunos consejos!

  1. No seas un hombre agresivo. Aprende a escuchar a las mujeres. No, significa NO. No, no significa que ella se está haciendo la difícil. Recordemos que: si una colega te dio una señal positiva, eso hace de ella una persona decidida o resuelta, no una persona “fácil”.

  2. A priori, mujeres y hombres son perfectamente capacees de trabajar en cualquier actividad arqueológica… a no ser aquellas que no tienen formación profesional y científica adecuada. Recuerda que todas y todos somos Homo sapiens, y que NO, no estamos condicionadas por ninguna naturaleza femenina frágil.

  3. Las bromas sin gracia frente a otras personas, que exponen a tus compañeras de trabajo, no se hacen un tipo cool.

  4. ¡Estate atento! La ropa que usan tus colegas en el campo dicen respecto a ellas, no a su libido. Nuestro tipo físico, nuestra opción sexual, nuestra identidad étnica, la frecuencia con la que tenemos relaciones sexuales… no tienen absolutamente NADA que ver con nuestra actividad profesional.

  5. Si quieres estar en desacuerdo respecto a un posicionamiento político o criticar un punto de vista teórico de una colega, dilo explícitamente, y no uses adjetivos peyorativos para ello. A veces es mejor quedar callado…

  6. ¡Las personas inconscientes no tienen sexo! Aunque ella de haya dicho que Si, o que lo haya comenzado… ten siempre esto en mente. Certifica que la persona está segura, y no te aproveches de su situación etílica. Si vas a ayudar a una mujer ebria, es porque ella te importan, así que acuérdate de actuar como un amigo.

  7. ¡Sé honesto! No finjas ser un amigo preocupado para conseguir la confianza de alguien con segundas intenciones. Comunica cuáles son tus intenciones para que la persona pueda decidir si quiere o no quiere retribuirlas. Además, si no tienes la capacidad de leer esas señales, pedile a un/a amigo/a que te acompañe y auxilie en el campo.

  8. O mejor, no vayas al campo.

  9. En el campo dividimos una serie de espacios públicos y colectivos, pero hay algunos que son individuales, como: baños (en sentido amplio), tiendas de campaña, habitaciones, vestuarios, etc. No entres ¡a no ser que hayas sido invitado! Además, si no invadís el baño femenino del laboratorio detrás de alguien ¿por qué lo harías sin consentimiento en el campo?

  10. Las mujeres de las comunidades, pueblos, ciudades donde se realizan los trabajos de campo no deben ser tratadas como subalternas, chicas con las que divertirse o menos capaces intelectualmente. Eso también es machismo, y es colonialismo interno. El conocimiento y los derechos son iguales para las personas del campo, pequeñas ciudades y grandes aglomerados urbanos. La arqueología simétrica, colaborativa y comunitaria no son conceptos teóricos, son una práctica de vida.

  11. ¡No menos importante! Encubrir la agresión de un colega te hace tan agresor como él. El silencio convive con la violencia. Por favor ¡Posiciónate!

Es muy importante hablar sobre lo que ocurre en el campo, porque nos lleva, a todas, a tener mayor conocimiento y consciencia sobre lo que está ocurriendo. No te avergüences de estar incómoda ni te sientas obligada a aceptar una situación considerada habitual, si esa situación te sensibiliza. Las actitudes preconcebidas y agresivas se encuentran naturalizadas, así como tenidas por normales.

  1. Arma un grupo de mujeres, con reuniones periódicas, para charlar sobre el campo: acontecimientos cotidianos, y como cada una se está sintiendo.

  2. Abrí una caja para recolectar historias anónimas, pues no todas se sienten confortables como para identificarse.

  3. Establece una “base” fuera del campo – o sea, deja al tanto a alguna colega sobre lo que pasa, y quien está en el campo. Piensa cuales serían las personas a quien podrías pedir ayuda. Nunca se sabe…

  4. Acuerda señales (sonoras o gestuales) para movilizar ayuda - ¡silbatos no siempre son buena opción!

  5. Si juzgasen necesario, armen el campamento estando las mujeres unas cerca de otras.

  6. Si te sientes amenazada, o asediada, hay muchas cosas que podes hacer, por ejemplo: graba o filma las conversaciones con él, o intenta llamar a alguna otra mujer para que esté cerca en algunas situaciones.

  7. Si forman una comisión de seguridad, esta puede ser secreta, preservando así las acciones y cuidados tomadas por las mujeres.

  8. Intenta prestar atención a la interacción entre los arqueólogos hombres con la población local, principalmente con las mujeres y personas LGTBs, y charla con otras mujeres sobre algún caso considerado irrespetuoso.



¡Arqueología Femenina Auto-Colaborativa!


La decisión de tomar una actitud más drástica nunca es fácil, lo sabemos. Principalmente cuando el agresor pasaba por compañero o amigo, o cuando hay una situación jerárquica de por medio. Más difícil aún es tener que convivir con él y con la agresión, tener que ausentarse de los espacios de trabajo y, lo más importante, vivir con miedo.

Si ésta fue la decisión tomada, hay algunas cosas que nos pueden ayudar:

  • El primer paso es llamar a un número de atención de víctimas – en el caso de Brasil el 180, de la Secretaría de Políticas para las Mujeres (SPM). Las profesionales reciben denuncias 24 horas por día y orientan a las mujeres sobre locales de apoyo disponibles y medidas de seguridad/denuncia;

  • Llama a Derechos Humanos – en Brasil 100 – funciona las 24 horas. Basta llamar, desde cualquier ciudad, para denunciar violaciones a los derechos de los/las niños/as, adolescentes, ancianos/as, portadores de deficiencias físicas y de grupos en situación de vulnerabilidad, o incluso obtener información. La persona no necesita identificarse.

  • Conoce la ley - en Brasil Ley María da Penha, 11.340 del 7 de agosto de 2006. Es una herramienta jurídica importante en casos de violencia que involucra relaciones íntimas de afecto o violencia doméstica, y cuando necesitamos de medidas protectoras de urgencia.

  • En todos los Estados brasileros hay al menos una Delegación de la Mujer, que, a pesar de tener muchos problemas, pueden ser herramientas necesarias en caso de amenazas o concreción de agresiones.




Con este zine, esperamos sacar de la invisibilidad algunas de las problemáticas de las relaciones que nuestros colegas construyen habitualmente con nosotras y con las comunidades involucradas en los trabajos de campo, laboratorio e investigación en general “… por ende, no de forma respetuosa”.

LA ARQUEOLOGÍA ES UNA CIENCIA SOCIAL, CON UNA PRÁCTICA ANCLADA AL MUNDO CONTEMPORÁNEO. NUESTRAS ACTITUDES EN EL CAMPO Y CON LAS COMUNIDADES INFLUENCIAN EN LA CONSTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO ARQUEOLÓGICO. LOS DEBATES DESARROLLADOS EN LA ACADEMIA DEBEN REFLEJARSE EN LA INVESTIGACIÓN EMPÍRICA, COMO TAMBIÉN EN NUESTRO COMPORTAMIENTO ÉTICO.



¡Caja de Pandora!

No todas las expresiones de las mujeres arqueólogas cubren nuestro zine, construido colectivamente, ¡quedando aún mucho por agregar! Dejamos un espacio para recibir contribuciones, testimonios y sugerencias para volver este recurso más completo y efectivo. Nos proponemos recolectar estas contribuciones, para que pensemos, juntas, una mejor forma de lidiar con las cuestiones de género en la Arqueología. Siéntanse cómodas y seguras para expresarse… ¡Nos comprometemos con tu anonimato!



Firmantes:


Brina Mantese de Souza – Antropóloga

Camila Jácome – UFOPA

Débora Leonel Soares – Arqueóloga autónoma

Eréndira Oliveira – MAE-USP

Marta Sara Cavallini – Arqueotrop

Patricia Marinho – MAE-USP

Patricia Rodrigues – Arqueóloga autónoma

Diagramación: Juliana Gardusi



Publicado originalmente en:


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